En un mundo lleno de retos y oportunidades, el Papa Francisco nos llama a un camino nuevo y de esperanza: la sinodalidad. Pero, ¿qué significa esta palabra y por qué es tan importante para las juventudes de hoy? Según el Documento Final del Sínodo de los Jóvenes, la sinodalidad no es solo una palabra complicada, sino un estilo de vida que nos invita a caminar juntos como pueblo de Dios, escuchándonos y apoyándonos mutuamente en el amor a Jesús.
La palabra «sínodo» significa «caminar juntos». La sinodalidad es un modo de vivir la fe en comunidad, donde cada persona es valorada, escuchada y tiene un lugar en la Iglesia y en cada sitio donde somos constructores de paz.
El Papa Francisco ha insistido en que una Iglesia sinodal es una Iglesia en movimiento, abierta al Espíritu Santo, que busca incluir a todos, especialmente a quienes se sienten lejos o marginados. Llevando esperanza, acogida y alegría a los demás.
El Documento Final del Sínodo destaca que los jóvenes se caracterizan por ser:
- Exploradores del sentido de la vida, en busca de respuestas profundas.
- Soñadores con energía y creatividad, capaces de transformar nuestro entorno.
- Testigos del Evangelio, mostrando que es posible vivir en un mundo más solidario, pacífico, empático y transformador.
La sinodalidad en acción: ¿Cómo podemos vivirla?
- Escucha activa: La sinodalidad comienza escuchándonos unos a otros, con empatía y sin juicios. Escucha a tus amigos, familia, comunidad y también a la voz de Dios en la oración.
- Participación: No tengas miedo de involucrarte en tu parroquia, grupo juvenil o en movimientos eclesiales, incluso sociales de transformación. Tu voz importa, y la Iglesia necesita tus ideas y entusiasmo.
- Compromiso con los más necesitados: Ser sinodales implica caminar al lado de quienes sufren, son vulnerables o frágiles, mostrando con nuestras acciones el amor de Jesús, a su modo y su manera.
- Diálogo intergeneracional: El Sínodo de los Jóvenes subrayó la importancia de que las juventudes y los mayores trabajen juntos, compartiendo experiencias y aprendiendo unos de otros.
- Testimonio alegre: Vive tu fe con alegría, mostrando que seguir a Jesús es una aventura emocionante y llena de sentido.
¿Cómo responder a esta invitación?
El Papa Francisco nos impulsa a no ser espectadores, sino protagonistas de una Iglesia que se renueva continuamente. La sinodalidad nos desafía a pasar de una actitud pasiva a ser jóvenes comprometidos, constructores de comunidades vivas y acogedoras.
En palabras del Papa, «¡No tengan miedo de soñar a lo grande y de caminar juntos hacia un futuro lleno de esperanza!».
La sinodalidad no es un camino fácil, pero es un camino lleno de vida y promesas. Como jóvenes, estamos llamados a dejar nuestra huella en la Iglesia, construyendo puentes, derribando muros y avanzando unidos en el amor de Jesús.
Hna. Angélica Hermenegildo Durán stj