Teresa de Jesús subió a los altares junto a cuatro grandes hombres: Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Felipe Neri e Isidro Labrador. Como siempre, tanto en vida como después de su muerte, dando voces al mundo del gran valor y dignidad de las mujeres y luchando por su lugar tanto en la sociedad como en la iglesia.
El camino recorrido en la canonización de Teresa de Jesús: comenzó con su muerte en 1582; los procesos, tan ricos y excepcionalmente abundantes en testimonios, nos muestran el camino: del reconocimiento de sus virtudes heroicas y de su santa vida se llegó a su beatificación para culminar con su canonización. En los procesos se constata la figura excepcional de Teresa de Jesús, fundadora, con fama de santidad ya en vida, y especialmente la expansión extraordinaria de su fama y personalidad.
El 12 de marzo de 1622 tuvo lugar la canonización, fecha en que Gregorio XV la firmó y publicó.