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Menuda pregunta amigo,

a quien mendigo 

y errante por este mundo

gusta de lo poco y de lo mucho. 

Mucho ruido y poco silencio.

Mucho miedo y poca paz.

Mucho descontento 

y poco bienestar.

Desde el despertar

hasta en el soñar,

mucho ruido y poca paz.

Así se vive aquí,

mucho de nosotros 

y poco de ti.

Así te miro 

calvado en la cruz,

solo y desangrado;

según tú:

“todo consumado”,

¿en serio, en la cruz?

Seguirte, mi buen Jesús,

es duro, es cruel, 

pides mucho

habiendo tanto placer. 

Así me siento,

y aunque 

de rodillas frente a ti;

es un poco por ti

y mucho por la carga

que pesa sobre mí.

No es una queja

solo quise pasar

y contigo descansar.

Sacar

lo que mi pecho guarda

para poder continuar. 

Ya regreso a labrar,

solo no olvides regar.

Duele ver reseca el alma

Y la fe quebrarse

del campo 

que me diste a trabajar. 

Por cierto,

el durazno del lindero

floreando está. 

Por 15 días,

no está de más, 

tu rocío matinal

para que pueda

sus frutos echar. 

El vecino dice:

“una plaga viene del sur”.

Sé benigno conmigo

dame astucia,

dame habilidad,

que ninguno muera

sin mucho fruto 

haber dado ya.

Ahora si me apresuro

que hay mucho quehacer

y tu nube ya vi

por el norte crecer. 

Que se haga 

como tú quieres.

Amén. 

Edel Ximello Cuautle

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