Soñar no es en vano, nuestros sueños y el luchar y dar todo por realizarlos, puede tener un gran alcance que no imaginamos….
Así les ha pasado a todas y todos aquellos que no se dejaron rendir por las dificultades, los obstáculos, las incomprensiones y las críticas.
¡NO DEJEMOS DE SOÑAR! SUEÑOS QUE PUEDEN MOVER Y TRANSFORMAR AL MUNDO….SUEÑOS QUE HAN CAMBIADO VIDAS.
Como familia Teresiana celebramos la vida y obra de San Enrique de Ossó, quien nos invita con su vida y su ejemplo a ser testigos de su sueño: “Conocer y amar a Jesús y hacerle conocer y amar”, por medio de la educación, como herramienta para cambiar el mundo.
San Enrique de Ossó, con toda su pasión por Jesús y su gran determinación, envía a un grupo de teresianas valientes a cruzar el océano y seguir su llamado en la formación de mentes, corazones y espíritu en América.
El 24 de noviembre de 1888 la Compañía llega a América. Salen a bordo del vapor “Antonio López” las hermanas que van a fundar a Puebla de los Ángeles. Las acompaña San Enrique hasta el puerto. Al despedirse les entrega una caja y les dice: “Yo no voy, pero aquí va mi representante” Jesús. Jesús quién nos habita y nos alienta a seguir caminando, quién da sentido y rumbo a la existencia de todo ser humano. Jesús que nos invita a poner “manos a la obra” en este nuestro mundo tan lleno de incertidumbres, de dolor y también de alegrías.
Esta hermosa imagen se encuentra en la casa de las hermanas Teresianas en Puebla. Esta, será peregrina durante este año. Viajará por todos los colegios Teresianos de Nuestra Provincia Santa María de Guadalupe, como un gesto de reconocernos Familia, acogidos en el amor y llamados a “Ser otro Jesús en la tierra”.
Somos parte de una gran familia, invitados a este llamado a través de nuestras acciones cotidianas, el ser teresiano es un estilo de vida, formamos comunidad a través de la escucha activa, la mirada compasiva y el trato igualitario con el otro.