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Las hermanas teresianas llevamos un poco más de treinta años trabajando y acompañando la vida en una parte de Ecatepec, en el Estado de México, llamada Ciudad Cuauhtémoc, ubicada en el Cerro de Chiconautla. Es una zona, además de marginada en muchos sentidos, con un alto índice de violencia e inseguridad, como lo son muchos cinturones suburbanos en las periferias de las grandes ciudades. La hermana Ceci Oñate, que actualmente realiza su misión en esta obra, nos comparte su testimonio.

En nuestras Constituciones Teresianas, hay un artículo que me resulta muy inspirador:

El Espíritu nos impulsa a ampliar nuestros horizontes y nos urge a un proceso de cambio de mente y de corazón que nos abre a la confianza, a la acogida entrañable de las personas y a colaborar con quienes trabajan por una humanidad nueva…

Aquí en Ecatepec me siento vivir más claramente esta urgencia del Espíritu en lo cotidiano, vivo rodeada de personas que luchan cada día por construir la comunidad, me ensañan la fuerza del encuentro, en el compartir sencillo, aun rodeados de dificultades y retos de todo tipo. Cada persona y sus luchas llenan de sentido e iluminan mi ser Teresiana al reconocer en ellas y ellos a Jesús vivo. 

Son múltiples las oportunidades de tejer nuestras historias, en cada una y cada uno, se reflejan caminos de vida llenos de lucha, pues las adversidades están por todas partes, sin embargo, no se detienen: la escasez de agua, las condiciones del transporte, las distancias, los costos elevados, la falta de trabajo, etc., amenazan la vida cada día y saben salir adelante, fortalecidos y con una esperanza enorme.

La conciencia de ser una única humanidad, unida en un destino común se hace muy fuerte en esta comunidad. La naturaleza nos lo recuerda de muchas formas, algunas veces con gran dramatismo, pero siempre nos impulsa a forjar lazos que nos acerquen, que nos solidaricen y nos permitan caminar juntos, encontrando el modo de contrarrestar la violencia y el sin sentido.  Sin duda mi ser Teresiana en Ecatepec es un regalo y un reto.

Cecilia Oñate stj

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