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La toma de decisiones es un acto al que nos enfrentamos diaria y constantemente e incluso sin darnos cuenta, de manera automática hacemos elecciones, pero hay que ser conscientes que no todas las decisiones tienen la misma relevancia, hay algunas que requieren de una mayor atención, hay que saber identificar las decisiones que repercuten más en nuestras vidas y que requieren de un discernimiento más profundo. 

Han sido muchas las veces en las que la toma de decisiones se vuelve algo abrumador, en donde me cuestiono por las decisiones tomadas o por aquellas que hay que tomar, muchas preguntas empiezan a invadirme y es que ante decisiones de gran magnitud el miedo a equivocarme, la inseguridad y el sobre pensamiento se hacen presentes, pero he aprendido que es importante confiar y que a pesar de que en muchas ocasiones es difícil renunciar a aquella opción que no se eligió; lo hecho, hecho está y no puedo regresar el tiempo para tomar otra decisión, rechazo ser víctima de mis malas decisiones y de lo que éstas causaron, aprendo y decido vivir el presente, aprovechar el aquí y ahora sin quedarme estancada como espectadora de lo que no salió como planeaba, decido trabajar en mi plenitud, conectar, disfrutar y encontrar un equilibrio entre lo que somos y lo que sucede en nuestro alrededor.   

Decidir transformar lo que podemos y aceptar aquello que no podemos cambiar, que no está en nuestro control, nos acerca a ese proceso de plenitud en donde nos conocemos y somos conscientes de cada momento que vivimos, valorando a quienes nos acompañan en nuestro caminar y aquellos regalos de la vida.  

Sí, en ocasiones nos hemos sentido perdidos, no identificamos nuestras motivaciones e incluso hemos podido dejar de vivir nuestra propia vida por preocuparnos por los demás, por lo que dirán, comenzamos a perder la conexión con nosotros mismos y esto nos lleva a ir perdiendo la capacidad de elegir aquello que nos acerca a la plenitud.  

Tener objetivos propios nos ayuda a tomar las mejores decisiones para acercarnos a esa satisfacción que por nuestra esencia nos hace sentir plenos.  

Tomar decisiones es más fácil cuando sabemos lo que queremos y hacia dónde queremos ir, hay que actuar para alcanzar aquellos deseos, tener un plan de acción para cumplir nuestras metas, decidir acércanos a la felicidad. Cuando sabemos lo que queremos, cuando estamos en armonía con nosotros mismos, nuestros pensamientos se enfocan en aquello que tanto anhelamos por lo que es más fácil que nuestras decisiones tomen la dirección correcta.  

Hay decisiones que podemos tomar en nuestro día a día para tener una vida en plenitud y que no requieren de mucho razonamiento, podemos mejorar a diario con hábitos personales y con los demás, tener gestos y acciones que nos acerquen a los demás con relaciones sanas, ser agradecidos con lo que se nos presente en nuestra vida, tener una automotivación en donde no nos enfoquemos en el lado negativo de las cosas sino que se ponga la atención en las cosas que están bien y trabajar en desarrollar la capacidad de poder aprender de las adversidades y continuar nuestro camino que nos lleve a una vida en donde sintamos la felicidad y satisfacción.   

Michelle Gamiño (Ex alumna teresiana del Jassá) 

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